martes, 22 de julio de 2014

Ese encantador pueblo sureño

Día 9





Bob Dylan siempre lo ha dicho mejor de lo que tú puedas ni siquiera pensar en decirlo. Así que:


"Two riders were approaching
And the wind began to howl"...


Sólo que no son jinetes. 
Son zombis. 
Bueno, en realidad son turistas. Y luego me hicieron una foto:




Llegados a este punto, el caótico comienzo del post merece alguna que otra explicación. Las imágenes están tomadas en Senoia, un pequeño pueblo de 3.000 habitantes a un puñado de millas al sur de Atlanta. La vía del tren, según habrá descubierto alguno, quizá sea algo más reconocible si pusiéramos a unos cuantos zombis tropezando de un lado para el otro. 

Pero Senoia es mucho más que el lugar favorito del equipo de producción de The Walking Dead. Senoia es un pequeño Hollywodd en medio de la ninguna parte que ya es de por sí el interior de Georgia. No sé si es porque el alcalde es un crack a la hora de moverse o porque la política fiscal en Georgia es muy buena (algo que sí parece moneda común en el sur, ya que HBO rueda la mitad de sus series en Lousiana), pero en Senoia no hacen más que filmar películas y series. 

Tanto, que empezó sirviendo de localizaciones para el Woodbury del gobernador de los zombies y ha terminado poniendo fondo a varios capítulos de temporadas posteriores que, en teoría, se desarrollaban en zonas distintas, como si se sintieran a gusto allí y no se preocuparan ya demasiado de mirar otros lugares (por lo demás, casi toda la serie está rodada en el condado de Coweta, que comprende a la propia Senoia y varias poblaciones más en muy pocas millas a la redonda):

La supuesta Woodbury.
La casa en cuyo tejado frontal se toma Carl un desayuno tardío.

Como recogen las fotos del principio del post, Senoia también ha sido el decorado de la famosa vía del tren de la última temporada y, sobre todo, de su destino final. 

Sin embargo, decía que The Walking Dead es el último grito (chiste malo) de la localidad. Está claro que es lo que atrae más turistas, pero, para qué emocionarnos, el pequeño local que hace de Cámara de Comercio (y donde hasta ahora sólo vendían miel y ceniceros hechos a mano por las ancianas de la villa) no da abasto y ha improvisado, en la parte de atrás donde el crío de diez años de la dependienta juega a los videjuegos, una tienda de merchandasing de TWD con dos camisetas mal puestas y tres cómics. 

Pese a todos estos zombis y sangre, Senoia se vende con un eslogan que es toda una paradoja: Senoia: The Perfect Setting. For Life. 

Y tiene algo de razón, no creáis. Antes de los muertos vivientes, Senoia ha sido en las pantallas el encantador pueblo sureño perfecto. Lo ha sido en decenas de películas más o menos lamentables y a saber cuántas de sobremesa pantufla. Pero, quedándome con tres que sí merecen la pena, en Senoia se rodaron Tomates Verdes Fritos, Paseando a Miss Daisy (Óscar a la Mejor Película en 1989) o Tiempos de Gloria.

La casa de los tomates (verdes y fritos).


Además, ha habido mucha patraña romántica e insulsa, aunque, a estas alturas, ya es más que suficiente para un pueblo como tantos otros (lo curioso es que el pueblo no está tan apartado ni escondido de todo como pretende parecer).

Un pueblo como tantos otros (o casi una ciudad, con su universidad y sus 100.000 habitantes) es Athens, al este de Atlanta. No es que me cogiera de paso, dado que me obligó a desviarme una hora, pero había que pasar para echar un vistazo a una de las pequeñas mecas de la música americana (bueno, admito que como luego me iba a dar un baño de fanatismo mainstraim, había que gafapastear un poco antes). De las calles (éstas sí que insulsas) de Athens han salido B'52 y un puñado de grupos de segunda fila (pero muy alabados por la crítica). También nacieron en Athens los de R.E.M.




Como para no cantar del aburrimiento.

Así que no me extraña que Georgia y Alabama se afanen por venderse muuuuucho mejor de lo que son (desde el Georgia on my mind al Sweet home Alabama), porque la realidad es que están repletas de paletos o basura blanca, esos tipejos (o tiparracas) lechosos con vaqueros desvaídos, gorra sucia de camuflaje, camisetas raídas sin mangas y pick ups que se creen las dueñas de la carretera.

Existen y, a diferencia de los zombis, están por todas partes. 

Luego, puedes correr hasta Mobile, en la costa de Alabama, y respiras un poco en una ciudad que se siente algo europeísta y que sin duda maneja dinero. 



Aquí duermo y aquí he comprobado si en el Callaghan Irish Social Club ponen la mejor hamburguesa de Alabama como dicen (tampoco es que yo haya probado más):

   
Espectacular.

Como para resucitar a media docena de muertos.

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